El Manuscrito Voynich

Este misterioso libro, actualmente catalogado como el ítem MS 408 en la Biblioteca Beinecke de libros raros y manuscritos de la Universidad de Yale, fue escrito hace unos 500 años. No se conoce ni el autor , ni alfabeto utilizado, por lo que el idioma utilizado resulta incomprensible hasta los días de hoy. El nombre del manuscrito se debe al especialista en libros antiguos Wilfrid M. Voynich, quien lo adquirió en 1912. Tiene alrededor de 240 páginas de pergamino, con vacíos en la numeración de las mismas (la cual es aparentemente posterior al texto, quizás del siglo XVI), lo que sugiere que varias páginas se habían extraviado ya antes de su compra por Voynich.


El manuscrito ha sido objeto de muchos estudios pero nunca se consiguió descifrar una sola palabra. Se dice que cumple la ley de Zipf, según la cual en todas las lenguas conocidas la longitud de las palabras es inversamente proporcional a su frecuencia de aparición (cuantas más veces aparece una palabra en un idioma, más corta es), lo que hace pensar está redactado en un lenguaje concreto, basado en alguna lengua natura. Es prácticamente imposible que el autor del manuscrito conociera la ley de Zipf, enunciada muchos siglos después, y por tanto que la aplicase a una lengua inventada por él.

Dos investigaciones recientes consiguieron comprobar que se trata de un autentico documento medieval: Por un lado, el pergamino fue datado entre 1404 y 1438 (Universidad de Arizona) y la tinta fue aplicada más o menos por esa fecha (McCrone Research Institute de Chicago). Se supone que puede haberse escrito en el norte de Italia, entre Milán y Venecia, ya que en una de sus ilustraciones aparece una ciudad amurallada cuyas almenas - llamadas de cola de golondrina, en el momento en que supuestamente se elaboró el manuscrito, sólo se podían encontrar en esa región.

Una de las teorías más sorprendentes acerca de su autoría y propósito, aparece en el libro Les livres maudits em 1971, por Jacques Bergier, según la cual el autor del Manuscrito Voynich poseía conocimientos extraordinariamente avanzados y demasiado peligrosos para el mundo moderno, por ejemplo el secreto de las estrellas novas, por lo cual los ocultó para evitar nuestra propia autodestrucción (por ejemplo estrellas que parecen "explotar" en los folios 68 anverso y 69 reverso) incluso de conocimientos de energía atómica.

Otra pista parece indicar que algunos dibujos son células vistas a través del microscopio. Realmente aparenta ser algo demasiado avanzado para su época y que por eso tuvo que ser tan bien encriptado (quizás, demasiado bien…)

Por ahora, el misterio continúa…


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El Manuscrito Voynich


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