El 7 de noviembre 1872 partió de Nueva York con su nuevo capitán Benjamin Briggs, de 37 años, su esposa, su hija y una tripulación de ocho hombres. El barco estaba cargado con 1.700 barriles de alcohol americano con destino a Génova, Italia. El capitán, su familia y la tripulación nunca se volvieron a ver. El buque fue encontrado flotando en medio del Estrecho de Gibraltar. No había indicios de lucha a bordo. Estaban todos los documentos, excepto el registro del capitán.
A principios de 1873, llegan dos botes a España, uno con un cuerpo y una bandera americana y el otro con cinco cuerpos. Se ha alegado que estos podrían haber sido los restos de la tripulación del Mary Celeste, pero los cuerpos nunca se pudieron identificar.
En la actualidad aún se sigue buscando una explicación para lo ocurrido. Quizá debido a una fuga de gases del alcohol que transportaban, el capitán temió una explosión o envenenamiento y dio orden de desalojar el barco inmediatamente.
También hay quién piense que la tripulación se emborrachó bebiendo algo de la mercancía y acabaron por matar al capitán Briggs, su mujer y hija, para después huir en el bote salvavidas. Sin embargo, el consumo de alcohol del tipo industrial que transportaban sería probablemente mortal. Además, no se encontraron rastros de un posible motín, aparte de unas manchas rojas en la cubierta, que más tarde se comprobaría que no era más que óxido (Otras versiones afirman que sí podía tratarse de sangre, pero posiblemente procedente del pescado que se usaba para cocinar).
Han surgido todo tipo de explicaciones, pero lo único cierto en este caso es que el capitán Briggs, su mujer, su hija Sofía de dos años, así como los siete marinos restantes, desaparecieron sin dejar rastro en la inmensidad del océano.
Por ahora, el misterio continúa...
El barco Maria celeste |
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