Telly Savalas |
“Era pasada la media noche, y yo acababa de dejar a una linda chica en su casa cuando, de regreso, me quedé sin gasolina. Sin tener otra opción, bajé del auto y empecé a caminar hacia un restaurante para preguntar en dónde podría conseguir un poco de combustible”, contó Telly. Le dijeron dónde había una gasolinera que estaba abierta toda la noche. “Iba caminando por la estrecha calle, cuando escuché una voz a mi espalda que decía: «Si quiere yo le doy un aventón»”, relató Telly. “El tipo estaba sentado en un Cadilac, pero yo nunca escuché el sonido del auto”. El hombre vestía un traje blanco y Telly jamás pudo olvidar el timbre tan agudo de su voz; casi se podría decir que era una voz femenina, de tan aguda.
Camino a la estación de gasolina, ninguno de los dos habló. “Cuando bajé del auto, me empecé a buscar en los bolsillos para ver si traía algo de dinero y él me dijo: «Toma, te presto un dólar». Hasta ese momento no me había dado cuenta de que no traía ni un solo centavo, pero él sí lo sabía”. “Le pregunté su nombre y dirección para regresarle el dinero por correo. Yo estaba muy apenado y me preguntaba cómo diablos era posible que hubiera sabido que no traía dinero. El escribió sus datos en un pedazo de papel y me lo dio”. Después que Telly pagó la gasolina, el extraño le ofreció llevarlo de regreso hasta su coche. “Así que me subí a su auto y regresamos”, recordó. Telly pensó que realmente se trataba de una persona generosa y muy agradable.
EXTRAÑO COMENTARIO
“De repente, y sin que hubiéramos comentado nada, mencionó el nombre de uno de los jugadores de los Medias Rojas de Boston, del cual dijo «fue» uno de los mejores en el béisbol. “Me sorprendió que hablara de ese jugador en tiempo pasado, como si ya hubiera muerto. Efectivamente, era uno de los mejores, pero todavía estaba vivo. Y todo lo expresaba con su vocecilla tan aguda”. “Lo que más me extraño de todo, es que ni siquiera íbamos hablando de béisbol”. Cuando llegaron al auto, Telly tuvo problemas para arrancarlo y el hombre se ofreció a empujarlo con su vehículo. Después de gritarle ¡gracias! desde la ventanilla, Telly se enfiló hacia Nueva York.
UNA NOTICIA INESPERADA
Aquella tarde, Telly se fue a trabajar y cuando compró el periódico, se quedó de una pieza al leer el encabezado. El jugador de béisbol que había mencionado aquel extraño sujeto, acababa de morir en circunstancias misteriosas. “Al principio pensé: ¡vaya coincidencia!” - Comentó Telly. “Me dirigí a casa y le conté la historia a mi madre, quien me dijo que estaban pasando cosas muy extrañas” Fue entonces cuando Telly buscó en la bolsa de su saco el pedazo de papel que el hombre le había dado. Junto a la dirección, había un número de teléfono. Marcó y le contestó una voz de hombre: “¿Bueno? ¡Este es el bar de Jimmy!” Telly le preguntó si podía comunicarlo con James Cullen. El hombre que contestó el teléfono avisó a alguien que llamaban al Sr. Cullen y poco después contestó la voz de una mujer. “Ella me dijo: «Mire, señor, el hombre al que llama fue mi marido, ¡y lleva dos años de muerto!»”. Tal noticia intrigó tremendamente a Telly por lo que llamó a la mujer un par de veces más, para que accediera entrevistarse con él. Accedió, siempre y cuando le pagara todos los gastos para viajar desde Boston, donde ella residía, hasta Nueva York, donde estaba Savalas.
“Después de describirle el encuentro con su marido, ella me dijo que la ropa que él llevaba ese día, era la misma con la que lo habían enterrado. “El pedazo de papel que me dio estaba firmado con el nombre de James Cullen. La mujer llevaba una carta que él escribió cuando estaba en la Armada. La firma era idéntica”.
Posteriormente, en la conversación, la mujer le reveló cómo fue que murió su marido: Se suicidó dándose un balazo en la laringe. “Esa es la razón por la que hablaba con una voz chillona”, reflexionó Telly.
Y Créalo o No... “ese misterio me ha estado atormentando durante 40 años”, expresó finalmente Telly, quien murió en 1994